miércoles, 24 de noviembre de 2010

Es posible, es provisional, es simplemente un título versátil


Tres, dos, uno, comienza a escribir, dispara, acierta, diana, y nada. Cosidérame un lapsus, palabra apartada de mi vocabulario hace tiempo, tabú forzoso, como muchos otros, como las imágenes que sujeto bajo secreto de sumario, es gracioso, que todas esas imágenes y todas esas palabras, sean capaces de sintetizar, cual enzima borracho con ayuda de una o de otra proteína insensible, pelo, uñas, ojos y lo más raro, un aroma, una ensencia vitamínica demoledora.

Hasta qué punto podemos contener la imaginación, los recuerdos, las fantasías, las pesadillas, los rencores... En qué momento el dique estalla y el valle se inunda, arrasando con pueblos y hábitats de inigualable valor biológico. Casi no puedo recordar cuantas cosas olvidé, cuántas otras me inventé, a quién podría pedirle que se asegurara de la pureza mis recuerdos.

A veces recuerdo que encendía un cigarrillo y después se me desvanece a la primera calada, y es que, es cierto, él nunca fumaba. Una mentira contabilizada y posteriormente intencionadamente olvidada, mi vida habrá sido como yo la desee a cada momento. ¿Quién es el dueño de la historia? ¿quién ha patentado el tiempo y el espacio?

Desearía que el tiempo me perdonase durante unos años, que me permitiera quedarme abrazado a él, estático, que me nombrara vagabundo del sueño.