Nuestra verdadera naturaleza

Antes de comenzar una pequeña aclaración, se podría tomar esta entrada como la continuación de la entrada "Canción de las Apariencias y Huidas".

Leía en el blog de una amiga (Love Song Requiem) y mientras que respondía a sus entradas sentí que el flujo de mi energía se canalizaba de nuevo, hacía mucho tiempo que eso no ocurría, y las palabras correctas salieron por mis dedos, esta es la respuesta más larga (mientras escribía supe que la transmutaría en entrada) y que me hizo fundirme con ella y con nuestra verdadera naturaleza:

Realmente bueno, ¿no crees?Esa parte de "olvidé que para vosotros una imagen vale más que mil palabras" está tan en sintonía y resume tan bien mi entrada sobre las apariencias que me ha chocado, acepto que una parte de mí es así, pero es una parte que me ayuda a sobrevivir y que intentaré transmitir con toda mi buena intención, al igual que intentaré transmitirte un poco de cordura, ¿te parece bien la de una piedra? ¿o de una flor? ¿o de un roble? no por dios, claro que no puedes tomar mi cordura, quién desea la cordura de alguien que dobló su mente y todabía no está seguro de haberla unido (nota para mí: y eso es ¿por supervivencia o por imposibilidad?) bueno en realidad creo que en parte ya está todo bastante superado no crees, metí la gente adecuada en mi vida para ello, aún que luego el tiempo me quitara la razón sobre lo que yo pensaba sería permanente, me sirvió y me sirve para alcanzar mis metas: matar unos cuantos tormentos con mi espada de hormonas, intenciones, voluntad y poder mental sano (nada de desdoblamientos de personalidad, no, no, vuelta a eso nunca más) fundidas para dar lugar al hornamentado y perfectamente equilibrado metal, que blando por una empuñadura labrada de fuerte y robusto presente; así como dibujar en un mapa un proyecto que seguir, un proyecto que me permita transmitir todo lo que yo he aprendido. La vida y los libros nos llevan a alcanzar todos los límites de nuestra inteligencia, fantasia, realismo, ficción... todos valen, todos ayudan, todos dan poder, todos quieren más de ti para el mundo.
Pero este regalo que llevo, que llevamos dentro no se puede entregar a la ligera, no podemos dejarnos llevar por la inocencia y entregarlo a la primera de cambio ni podemos entregar algo venenoso corrompido por nuestra propia ira, debemos vivir en el mundo de la apariencia, debemos escondernos dándonos a ver, debemos desenmascarar tanto a torturados como a torturadores compartiendo la máscara, hay que hacerles creer que son ellos los que saben de este vínculo y nosotros los que permanecemos ignorantes. Entonces podremos asestar el golpe y saber si entregar la luz o un encierro permanente en la ignorancia, una estancia completa en un camino de perdida de sí mismos.
Nosotros los que cantamos la Canción de las Apariencias y Huidas tenemos el poder y el regalo de la felicidad y el sufrimiento surcados por un continuo cielo de sol y nubarrones y el viento como maestro de ceremonias.