jueves, 30 de septiembre de 2010

Huelga general, hervidero de energúmenos


Bonita manera de defender vuestros derechos ¡SALVAJES! Deberíais acabar todos en la cárcel. La libertad de uno acaba donde empieza la de otro... ¿Una huelga en el momento de mayor ruina de las familias? Además de salvajes, ¡TORPES! Me dais verguenza ajena, ¿y se supone que vosotros luchasteis por la instauración de la democracia? Verdaderas guerrillas en las calles de la capital, de la ciudad condal, y Sevilla entre otras muchas... Y lo peor es que seguro que muchos de vosotros, HIPÓCRITAS, sois los que encabezais las manifestaciones por la paz y las marchas en contra de los régimes antidemocráticos. Lo dicho, dais verdadera verguenza.

(En realidad escribí la entrada ayer, obviamente, pero por h o por b, no se publicó).

sábado, 25 de septiembre de 2010

Me sumerjo en otro estilo para refrescar las ideas



Querido nadie hoy decido mandarte un email codificado en la botella a base de cincelar unos y ceros por los motivos que entenderás en breves instantes.
No tengo nada que contarte, pero con el aburrimiento que sí tengo y en cantidades industriales es lo primero que se me ocurre escribir... Esta mañana me han diagsosticado una contractura muscular en la espalda, en la zona lumbar, localizada claramente en la parte derecha, bueno es pasar la mano y se nota perfectamente... Ahora me tomaré el relajante muscular y como apenas tengo que estudiar nada este fin de semana (percíbase la terrible contradicción argumentista o para los de la LOGSE, ironía), me lo pasaré grogi. Además, que ya es el segundo fin de semana que por enfermedad me quedo en casa, es o no es mala suerte, como diría Parménides, es, porque algo que no es pues no es, y si es mala suerte pues es.

El motivo subyacente de este email es el matiz de maduración que aporta el mantener el contacto por correo. La bandeja de entrada no tendría que renegarse a ser una papelera de publicidad, sino una herramienta que debería sobrevivir a los feroces ataques sufridos por las redes sociales y sus consabidos mensajes privados o directos.

Es esta una carta electrónica que sirve como entrada para una red social o intelectual que la convierte en una contradicción en sí misma en cuanto a la que es la razón de su creación pero el libre albedrío que empapa la razón de mi propia creación me otorga estas maravillosas posibilidades.

Que alguien que escribe cartas en una botella luche contra la desaparición del correo electrónico no es contradictorio, es evolución empapada de marginación, he dicho.

Y si buscas una explicación a esto, yo te doy la respuesta, y es que hoy por hoy:

YO, soy yo y mi CONTRACTURA MUSCULAR.

A. Moreno, toque de formalidad, orgullo de autor.

martes, 14 de septiembre de 2010

Cartas a un desconocido


Hola, buenas tardes amigo mío al otro lado del mar, quien quiera que seas tú que recibes mis mensajes en la botella. Ayer comencé el colegio de manera oficial pero es hoy cuando he comenzado las clases, y es que es una costumbre considerar como el primer día aquel en el que te das cuenta de que no recuerdas ni siquiera lo último aprendido en el año anterior. Querido destinatario de estas botellas, (¿algún día nos preguntaremos cómo es posible que el mar siempre sepa dónde debe conducirlas?) necesito tú ayuda, me había acostumbrado a que el tiempo fuera como el oxígeno, un bien despreciado por nuestra incapacidad física para poder imaginar siquiera que pueda escasear en algún momento.

Ahora que lo pienso tú apenas me cuentas nada de ti, y yo quiero saber más, ya deberías de sospechar que es una pequeña droga para mí acumular datos y datos de los demás, igual que apartir de ahora me tendré que conformar con eso, acumular pequeños momentos que escapan de las fauces nunca saciadas de la rutina. Sin embargo tengo el presentimiento, también puedes llamarlo sentimiento absurdo, de que este será un gran año, para empezar tienes que felicitarme porque puedo decir que por una vez en mi cabeza solo habito yo, para continuar debo decir que el libro de historia es mi favorito (en alguna otra ocasión te he comentado que a pesar de mis inclinaciones médicas las humanidades surcan mis ojos con chisporroteos luminiscentes), y para finalizar me ducho todos los días en el absoluto convencimiento de que he desistido de mis intentos de autodestruírme.

Querido nadie, espero tu respuesta, la Virgen de la Mar rezará por nosotros para que las olas acaricien el vidrio y el corcho, que las aguas conserven el mensaje, y la espuma llame a tu puerta.

Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti (Joan Manuel Serrat, cantante de la Mar).

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Creación de la paradoja, el engaño, la ilusión, descubrimiento de la idea

Internet es una manera objetiva de conocer a alguien sin preámbulos. Esta sería una bonita definición, bueno al menos una agradable definición para alguien como yo, amante de las definiciones, y de la lógica fría, además de bastante pragmático.

Quiero un trabajo así para mí, busco la medicina como un sabueso después de haber olido el pantalón sucio de un fugado, quiero ese bisturí frío, quiero que la gente se calle bajo una mascarilla y meterme hasta el fondo de sus entrañas, rodeado de sangre hasta las los codos entrelazando la vida de una persona entre mis dedos como los cordones de unas zapatillas. Quiero todos esos libros en mi mente, toda esa sabiduría compactada en miles de reacciones químicas encadenadas, catabolizadas por esos queridos enzimas e infantiles despolarizaciones de la membrana. A veces me siento como un actor o un personaje oscuro de libro con sonrisa delicada.

No creo que sea un buen perfil. Quizás para un psociópata suponga la entrada al cielo del control y la buena vida, pero a la hora de conocer a alguien, esta forma de ser es al mismo tiempo un imán y un repelente de mosquitos, solo los mosquitos modificados genéticamente para aguantarme consiguen evolucionar hasta la categoría de "se acabará perdiendo en mi retorcida e implacable búsqueda" o como yo los llamo, "mis preferiti", los mejores entre todos pero que en las votaciones nunca acaban por ser elegidos. Sin embargo me encanta utilizar la red para tenerlos a todos cerca, es un continuo rechazo y aceptación de oportunidades.

Estas relaciones también están llenas de miedo, miedo a entregar lo que en realidad no existe o mostrar aquello que no soy capaz ni de ver en el espejo, miedo a que me pidan lo que no estoy dispuesto a dar, miedo a ser incapaz de dar lo que quiero regalar. Entrelazado con el miedo como en cualquier otra situación existe un pequeño atisvo de esperanza, esperanza a saber ver más hayá de lo que te quieren mostrar, para encariñarte de a lo que primera vista aborreces o para ser capaz de aborrecer lo que en un primer momento parecía atraerte. Y bueno, después de todo esto nos queda un pequeño elemento más, la fe, que para ser todo lo opuesto al resto de los elementos que me conforman, ocupa varias vértebras del eje central de mi alma. Fe, en que puedo confiar en el sujeto al otro lado de los pixeles, fe en que por el pequeño instante que deje de ser el chico analítico no seré golpeado violentamente contra la realidad.

Me declaro fan de mi conducta individual y social, al tiempo que me flagelo constantemente, incluso cuando mi espalda está en carne viva por mi puñetero modus operandi de psicópata racional que intenta alejarse de emociones que trata de diseccionar para estudiar en pequeñas dosis tratando de que no sean dañinas pero que siempe acaban mezclándose con una química intracorporia excesivamente inestable.

Esta ha sido una pequeña retrospectiva de mi mismo con la excusa de las relaciones vía red. Y es en este punto que econtramos uno de los principales problemas de leer al Hombre Laberinto, nunca sabes cuando acaba el medio y cuando empieza el fin.