Solo tendrías que llamarme por teléfono, mis ojos distraidos girarían a la izquierda, mi cuerpo seguiría riendo y caminando junto a mis amigos, no, espera me equivoco, porque en ese instante, justo en ese instante, en ese preciso momento mi cuerpo se detendría y mis ojos dejarían de mirarte para empezar a verte, y entre las palabras cercanamente difusas surgiría una pregunta: ¿no llevarás una camisa blanca, unos vaqueros y gafas? ¿y están apollados esos vaqueros en un coche negro?
Solo tendrías que decir "sí el del coche soy yo, monta que nos vamos al cine, y claro que es de dibujos animados".
En un mundo ideal en el que la relatividad de un viaje espacial a la velocidad de la luz pudiese encerrarse dentro de un frasquito de cristal y soltarse para dar rienda suelta a la creatividad de Einstein respecto del tiempo o creatividad de Einstein en función del tiempo, o Einst(t), este pequeño pasaje de mi imaginación se hubiera dado en la realidad tan solo 0,001 s después de escribir en un pequeño posit doblado en cuatro y guardado en la cartera junto a una fotografía sepia: "única condición para tenerme: una película de Pixar".
Después de despejar la incógnita comprobamos que el algoritmo es la estructura más estable al comprobarse que la combinación de letras y números crea un sistema armónico que podemos expresar como el seno o el coseno negativo de la variable que conforma mi razonamiento.
Y es que toda ecuación deja un encantador elemento al azar... a ti.
me encanta, me encanta, me encanta.
ResponderEliminara ver querida persona humana, no le pidas a un proyecto de filóloga que entienda el penúltimo párrafo: si abandoné las mates en tercero de e.s.o fue por algo (aunque intuyo que es algo bonito)
ResponderEliminaraún así, me reitero: "mis ojos dejarían de mirarte para empezar a verte"... ay.
Pi, irracional, infinito, nunca se repite, siempre diferente, expresión máxima de la perfección circular platónica... Pues sí, interesante número para expresar a alguien en sus términos. Hay mucha belleza en las matemáticas.
ResponderEliminarY esa es la unica magia que importa.
ResponderEliminarUn saludo!!
Y leyendo esto bajo el techo de una raíz cuadrada, como resultados positivo y negativo que somos, me doy cuenta de que las matemáticas no son tan frías si contamos un un Pi que haga de nuestra ecuación, algo infinítamente más fácil de resolver. Sacar factor común, a veces puede resultar divertido. Bonito.
ResponderEliminarme gusto leerlo.
ResponderEliminargracias por compartir
saludos lejanos
Gracias. Te cuento que se publicó en España "Detrás de las sonrisas", te dejo el enlace de la editorial:
ResponderEliminarhttp://www.lafraguadeltrovador.com/
Me ha encantado :)
ResponderEliminarY sí, lo he leído dos veces.
¿Inaugurarás noviembre pronto?
Estaría bien que además dejaras de oirle para empezar a escucharle.
ResponderEliminarDemos gracias a ese encantador elemento al azar, porque gracias a él, el día a día resulta interesante.
Tu si que resultas un algoritmo, quizás no creas que me permitas hallar la solución a un problema, pero me haces sonreir, y con eso se elimina más de uno.
Un besiño, y No desaparezcas esta vez, mi cerebro necesita que aunque sea de vez en cuando, te pasees por la espiral de mi mente.
pd. Tienes un comentario huelguista, por si este minimundo que tenemos aqui montado, no te avisa;).
escribes genial, pero mejor el final
ResponderEliminarY es que toda ecuación deja un encantador elemento al azar... a ti