jueves, 31 de marzo de 2011

Escrito por mí mientras yo dormía

Si mantengo oculta mi mente es porque me da miedo que os perdáis en los recovecos y laberintos que sin querer he creado, pasillos y habitaciones sin plano, corredores sin ventanas y barrancos suicidas cuyo mapa perdí en el mar de ideas. Los bosques de piedra llenos de musgo que no señalan el norte, las brújulas son requisadas al entrar aquí dentro. Pasos de baile sin ritmo y muertes con pasos marcados, un, dos, tres, un, dos, tres, chuchillo, brazo, cuello, costado, sangre, un, dos, tres, un, dos, tres. Si entráis cuidado con caer hacia arriba, el cielo está pintado sobre el cráneo y el choque es mortal.

Si mantengo oculta mi mente es porque me da miedo que todos los nombres salgan, que el poder que encierran me encarcele desde fuera como lo hacen desde dentro. Que el infinito esté limitado por la carne que le sirve ya es suficiente paradoja para añadir tal cárcel de locura. Intento evitar ese estado manteniendo los barcos del deseo ahogados en tierra, castigando a la noche sin sueños y robándole al día mi tiempo para regalárselo al incoloro mundo fuera de aquí.

Cómo dejaros entrar y no poder mostraros la salida, cómo sabiendo que el Otro está ahí dentro dormido bajo siete llaves de mentiras, espejismos y mundos que no son más que muros de confusión. Él siempre está esperando, sin descanso, asomándose a los miradores de mi alma, rompiendo cadenas al encontrar la oportunidad, susurrando desde dentro la necesidad de su regreso. Y entonces el gemido se convierte en aullido y la gran mansión no puede contener más tiempo a su huésped forzado.

Si no os dejo entrar en mi mente es porque ni siquiera yo sé quien soy ahí dentro.

domingo, 20 de marzo de 2011

Se llama María...


Entendimiento, razón, imaginación, recuerdos, los laberintos de arena al servicio de ella.

Ella que inspira, ella que corta y rasga el aire con su risa. Ella que sostiene el sueño y derrumba los puentes que no llevan a nada, los puentes del ceceo y los puentes de las vidas cruzadas y el cubata aguado.
Y yo os pongo a su servicio porque ella soy yo, y yo soy ella y algunas voces más. Porque ella habla en latín y en inglés, ella quiere vivir en un ático. Porque ella es una taza humeante en un café y el libro junto a la taza. Porque ella es enfermedad y cura, ella es ira y capricho. Porque ella parece ausente y ella es todo el tiempo.

Ella lleva siendo dieciocho años.

Seguiremos siendo porque fuimos, somos y el mundo se libre de todos los síndromes que descubriremos.



A ti porque te quiero,

A. Moreno.

domingo, 13 de marzo de 2011

Tiremos polizones por la borda.

1, 2, 3, 4. Son cuatro pasos, o son cuatro años, en cuatro segundos ha desaparecido todo, si sumamos uno conseguimos cinco sentidos, si restamos uno quedan las personas que se han ido al cubo de la basura y de resto queda el que pronto también se irá.

1. La crisis ha pasado, el lapsus, tabú ya reconocido, está atado y sangrando. No se tomarán muestras para análisis, el cadáver se quemará junto a los muebles viejos, no queremos que el olor putrefacto nos llegue. Ninguna neurona más será infectada.

2. Una pluma sin movimiento y unos dedos sin tinta, el precio de la paz o a caso se han gastado todos los cuadernos. Simple, no es el momento. Huyendo, las palabras están huyendo, previamente han adormecido el don, han secado la almohada de mundos calenturientos. Busquemos la llave afilada del cuerpo cerrado, bailará la luna en los reflejos de la anestesia cálida junto a la sal y el limón.

3. Los regalos de los brazos se guardan en un cofre de risa sin dueño, y cada tarde se revisa el inventario, que no falte ninguno. Se levantan murallas, la piedra es dura y el enemigo cruel, el fuego enviado ha traído sabiduría y fortaleza. Qué no pasen de aquí, de aquí no pasarán, gritan desde el frente, las espadas en alto y del barro asoman los huesos de los muertos. No, de aquí no pasarán.

4. Final de la obra, se cierra el telón. Vuelve algún paseo bajo los chapoteos del cielo, las ventanas encendidas callan sus voces, no queda más tierra que la que no dice nada, los caminos no son objetivos del deseo, las puertas perdieron sus ataduras y la ciudad deja de significar el tropiezo de la voluntad. Los trenes dejaron de traer amantes a escondidas.

La obsesión ha muerto y el ataúd es ligero. Los sabios han hablado del dolor y de alcanzar el tan alejado olvido, pero más allá nos dejan totalmente perdidos. Pensamientos vaporosos, realidad o sueño. Y es que tras él, lo único que queda es la certeza de que al menos entonces la huida nos servía de objetivo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Temblor en secreto

¿Cómo te atreves? ¿Qué despropósito es este? Tú que por fin eras libre, tú que entendías el significado de la paz.

Y ahora todas las columnas del gran salón caen, la cúpula se hace pedazos, los critales cortan tu cara, y tu mente se emborracha de un tema sin sentido. Las palabras se niegan a servirte, los gestos ya no mueven los hilos de la realidad que aplasta. Las miradas furtivas buscan el deseo, lo que no deben anhelar. Deja de envenenar tu saliva con la curva del pétalo que encierra, oculta, da forma y color al rojo descapullado.

Date un segundo, prométete la voluntad. Te has mentido.

Puedes esucharlos, ahí están, los cinco exploradores de la selva negra. Buscan la fuente de la vida. Y ahí estás tú escuchando las ramas romperse, el roce de las hojas y las lianas enredadas. Evítalo, no mires, no busques el pétalo que encierra, oculta, da forma y color al rojo descapullado.

¿Cómo se te ocurre? Ahora que la lluvia caliente y salada no sedaba tus sentidos, después de conseguir tanto y parece que te quedes sin nada.

Lo qué realmente no puedo comprender es cómo arrancas estas líneas del árbol de los grandes frutos para dedicárselas a bajezas podridas.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Postal desde mi hemisferio

Hola, cómo estás, creo que no es necesario que te diga, que me ha faltado el tiempo, que llevo viviendo unos días sin aire, que no me he olvidado de ti, pero que has estado bastante despistado en mi cabeza, que te has perdido entre alguna neurona, pero has estado ahí. Ahora estoy tomando una taza de leche bien fría hasta arriba aunque tenga guantes y gorro puesto no puedo evitarlo, si la taza no está fría no es taza, bueno, al menos no es mi taza.

Llego tarde, he pinchado la bici, apenas puedo correr y el autobús ya se ha marchado, pero supongo que esperarás un día más, remontar el río y escalar las cordilleras me llevará algún tiempo, pero mientras que pueda seguir escribiéndote, sabrás que sigo vivo, aunque ahora estoy pensando que en algún momento me quedaré sin tinta, tendré demasido frío para trazar finas líneas en un papel y dudo que pueda caber una botella y su corcho en el macuto, está hasta arriba, el viaje es duro y yo no llevo un equipo de grabación con los que fingir las caídas por los desfiladeros, si caigo por una pendiente puedo morir, y yo sé que tú no quieres eso.

Por esto sé que esperarás. También sé que tú no pasas tanto frío como yo, se te da bien encontrar pequeños consuelos, tú alma es tan grande como tu cuerpo y aunque no con tantos recovecos como los pliegues de tu piel ni tantos surcos como los que dibujan tu cara, tiene algunos buenos escondites cálidos en los que acostarte.

Espero no desmayarme en el viaje, espero que te pases el tiempo de espera dejando notas en mi buzón. Significas sacrificio, supongo que sí, va a dolerme, voy a volverme loco, aguantarme las ganas de mirar el reloj y salir corriendo, perdido, voy a estar perdido, escondido más bien. Pianos y violines organizarán partidas de búsqueda para encontrarme, pero puede que me encuentren muerto, dormido, cansado, o peor aún, sin ganas de seguir, ni deseo de provocar su sinfonía.

Los labios morados, la vista perdida.

Toc, toc, divina onomatopeya, sí he llegado, pero cuidado, no quiero que te emociones demasiado, podrías despertarte.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Siempre quise pasarme a las acuarelas.

A veces, y siempre de casualidad encuentro cuentos en cuadernos, en hojas de papel, o tallados en los árboles, intento recordar cuando los escribí, o si fui yo quien lo hizo, siempre hay un rey, un príncipe y un oso que habla, al oso le gusta llevar sombrero, pero el oso no es un bufón, el oso tiene amigos, que le cuentan donde han visto un gran salmón. Los cazadores quieren su piel, el rey quiere su sombrero, y el príncipe solo quiere conversar con el oso del cuento. Trepando por las murallas el hijo del rey saltó al otro lado, el bosque oscuro y siniestro guardaba secretos de pino y abetos, zarpas por el barro desgarraron la calma y el príncipe aventurero llamó esperanzado: oso, gran oso, oso del sombrero, te espero con alforjas llenas de salmorejo, con una gran torta de queso y vino casero.

En este punto el cuento se tuerce arañado por el aburrimiento, sin tinta el autor misterioso, se olvida y juega a los malabarismos.

El príncipe pregunta a las fauces marrones por su destino, quiere conversar sobre vida y futuro. Una semana pasan caminando por bosques del dominio del sombrero cuando, dolor, la dentadura del colosal parlante se enfrenta a un huesecillo quisquilloso, a una espina, a la venganza de su última presa. El príncipe pide ayuda a un joven sapo que chapotea con la lengua del oso. Fuera la espina, fuera el meñique. ¿Un dedo? Pregunta el príncipe. Sí, no debí digerirlo bien cuando te devoré una semana atrás.

Sueños y más sueños, un cuentacuentos se ve atrapado, una mentira feliz, un final triste, una niña de dorados cabellos llora ¿Por qué eres tan malo cuentacuentos? Me pediste un cuento, encontré dos, elegí, el más fácil de arrancar de la corteza agrietada de mi alma.

El cuaderno comenzaba: “Deseo de una madrugada de verano, perseguir a un oso con sombrero por el bosque”.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Es posible, es provisional, es simplemente un título versátil


Tres, dos, uno, comienza a escribir, dispara, acierta, diana, y nada. Cosidérame un lapsus, palabra apartada de mi vocabulario hace tiempo, tabú forzoso, como muchos otros, como las imágenes que sujeto bajo secreto de sumario, es gracioso, que todas esas imágenes y todas esas palabras, sean capaces de sintetizar, cual enzima borracho con ayuda de una o de otra proteína insensible, pelo, uñas, ojos y lo más raro, un aroma, una ensencia vitamínica demoledora.

Hasta qué punto podemos contener la imaginación, los recuerdos, las fantasías, las pesadillas, los rencores... En qué momento el dique estalla y el valle se inunda, arrasando con pueblos y hábitats de inigualable valor biológico. Casi no puedo recordar cuantas cosas olvidé, cuántas otras me inventé, a quién podría pedirle que se asegurara de la pureza mis recuerdos.

A veces recuerdo que encendía un cigarrillo y después se me desvanece a la primera calada, y es que, es cierto, él nunca fumaba. Una mentira contabilizada y posteriormente intencionadamente olvidada, mi vida habrá sido como yo la desee a cada momento. ¿Quién es el dueño de la historia? ¿quién ha patentado el tiempo y el espacio?

Desearía que el tiempo me perdonase durante unos años, que me permitiera quedarme abrazado a él, estático, que me nombrara vagabundo del sueño.

martes, 5 de octubre de 2010

Exprésame en términos matemáticos, en función de π

Mira si es fácil, solo tendrías que coger el coche recorrerte unos cuantos kilómetros, parar en una gosolinera, preguntar, ponerte las gafas de sol y seguir adelante, se haría de noche.

Solo tendrías que llamarme por teléfono, mis ojos distraidos girarían a la izquierda, mi cuerpo seguiría riendo y caminando junto a mis amigos, no, espera me equivoco, porque en ese instante, justo en ese instante, en ese preciso momento mi cuerpo se detendría y mis ojos dejarían de mirarte para empezar a verte, y entre las palabras cercanamente difusas surgiría una pregunta: ¿no llevarás una camisa blanca, unos vaqueros y gafas? ¿y están apollados esos vaqueros en un coche negro?

Solo tendrías que decir "sí el del coche soy yo, monta que nos vamos al cine, y claro que es de dibujos animados".

En un mundo ideal en el que la relatividad de un viaje espacial a la velocidad de la luz pudiese encerrarse dentro de un frasquito de cristal y soltarse para dar rienda suelta a la creatividad de Einstein respecto del tiempo o creatividad de Einstein en función del tiempo, o Einst(t), este pequeño pasaje de mi imaginación se hubiera dado en la realidad tan solo 0,001 s después de escribir en un pequeño posit doblado en cuatro y guardado en la cartera junto a una fotografía sepia: "única condición para tenerme: una película de Pixar".

Después de despejar la incógnita comprobamos que el algoritmo es la estructura más estable al comprobarse que la combinación de letras y números crea un sistema armónico que podemos expresar como el seno o el coseno negativo de la variable que conforma mi razonamiento.

Y es que toda ecuación deja un encantador elemento al azar... a ti.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Huelga general, hervidero de energúmenos


Bonita manera de defender vuestros derechos ¡SALVAJES! Deberíais acabar todos en la cárcel. La libertad de uno acaba donde empieza la de otro... ¿Una huelga en el momento de mayor ruina de las familias? Además de salvajes, ¡TORPES! Me dais verguenza ajena, ¿y se supone que vosotros luchasteis por la instauración de la democracia? Verdaderas guerrillas en las calles de la capital, de la ciudad condal, y Sevilla entre otras muchas... Y lo peor es que seguro que muchos de vosotros, HIPÓCRITAS, sois los que encabezais las manifestaciones por la paz y las marchas en contra de los régimes antidemocráticos. Lo dicho, dais verdadera verguenza.

(En realidad escribí la entrada ayer, obviamente, pero por h o por b, no se publicó).

sábado, 25 de septiembre de 2010

Me sumerjo en otro estilo para refrescar las ideas



Querido nadie hoy decido mandarte un email codificado en la botella a base de cincelar unos y ceros por los motivos que entenderás en breves instantes.
No tengo nada que contarte, pero con el aburrimiento que sí tengo y en cantidades industriales es lo primero que se me ocurre escribir... Esta mañana me han diagsosticado una contractura muscular en la espalda, en la zona lumbar, localizada claramente en la parte derecha, bueno es pasar la mano y se nota perfectamente... Ahora me tomaré el relajante muscular y como apenas tengo que estudiar nada este fin de semana (percíbase la terrible contradicción argumentista o para los de la LOGSE, ironía), me lo pasaré grogi. Además, que ya es el segundo fin de semana que por enfermedad me quedo en casa, es o no es mala suerte, como diría Parménides, es, porque algo que no es pues no es, y si es mala suerte pues es.

El motivo subyacente de este email es el matiz de maduración que aporta el mantener el contacto por correo. La bandeja de entrada no tendría que renegarse a ser una papelera de publicidad, sino una herramienta que debería sobrevivir a los feroces ataques sufridos por las redes sociales y sus consabidos mensajes privados o directos.

Es esta una carta electrónica que sirve como entrada para una red social o intelectual que la convierte en una contradicción en sí misma en cuanto a la que es la razón de su creación pero el libre albedrío que empapa la razón de mi propia creación me otorga estas maravillosas posibilidades.

Que alguien que escribe cartas en una botella luche contra la desaparición del correo electrónico no es contradictorio, es evolución empapada de marginación, he dicho.

Y si buscas una explicación a esto, yo te doy la respuesta, y es que hoy por hoy:

YO, soy yo y mi CONTRACTURA MUSCULAR.

A. Moreno, toque de formalidad, orgullo de autor.